adivinanzas para niños

Aquí estamos doce hermanos;
yo, que el segundo nací,
soy el menor entre todos:
¿Cómo puede ser así?

 

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De siete en siete vamos cogiditos de las manos.

Me hallo en los escritorios y en las casas comerciales, todos me miran quien soy para ver lo que contengo. Mis días están contados y el día que voy a morir ya se sabe de antemano.

¿Qué cosa no ha sido y tiene que ser, y que cuando sea dejará de ser?

Cuando apenas he nacido, mi vida se acaba al punto; aunque no soy el primero, lo sigo por todo el mundo.

Los siete son hermanitos y viven un solo día: cuando uno nace otro muere, y así se pasan la vida.

Somos doce hermanos y yo el más chiquito; cada cuatro años me crece el rabito.

Corre más que un ciclista, nunca da marcha atrás, si lo pierdes de vista, ¡cómo envejecerás!

Un árbol con doce ramas, cada rama, cuatro hijas, cada hija, siete hijos, me dices ¿cómo se llama?

Son doce hermanas y todas gastan medias y, aunque, van numeradas todas son cantadas.

Quién es un viejo ligero, que es de cuatro movimientos puestos en doce cimientos, que, a cualquier pasajero, da más penas que contentos.