Cabecita fría
la noche haces día
cuando te restriego,
cabeza de fuego.
más adivinanzas de cosas de la casa...
A la entrada de tu casa algo suena si lo aprietan y tu sales presurosa a abrir deprisa la puerta.
Dicen que quien lo tiene es muy gracioso, se sacude en la mesa contra lo soso.
Es verdad que tú le miras, es mentira que te ve, sois iguales uno al otro, está claro que eres él.
Pequeña como una pera y alumbra la casa entera.
Del techo al suelo, cortada y fina, tela con vuelo.
Caja llena de soldados, todos largos y delgados, con gorritos colorados.
Cuatro patas tiene y no puede andar también cabecera sin saber hablar.
Aunque al dormir me consultan, nunca suelo contestar.
Un campo bien labrado no gasta reja ni arado.
Puede ser de Persia, puede ser de Ana, por más que se enrolle, se ve en la ventana.