Cabecita fría
la noche haces día
cuando te restriego,
cabeza de fuego.
más adivinanzas de cosas de la casa...
Muchos golpes recibe cuando a la gente, la entrada prohíbe.
Que timbre y número tenga y en verdad portal no sea es cierto, y el que desea hablar por él, no lo cuelga.
Aunque músculos no tengo, los techos yo sostengo.
Vivo en alta situación y en continuo movimiento, con exactitud presento del aire la dirección.
Golpe va, golpe viene y en su puesto se mantiene.
Llevo secretos a voces, corriendo por esos mundos y sin que nadie los oiga los doy en unos segundos.
No soy el sol, tampoco el fuego; pero la casa bien que caliento.
Tiene un ojo y nada ve, por abrir no es cosa dura, sin embargo por cerrar, sí que cierra y sí que es dura.
Es un campo colorado con los surcos muy derechos; muy en alto está situado e inclinado de dos lados.
Cabezón y muy delgado, que se pone siempre negro, después de haber sido frotado.