Cabecita fría
la noche haces día
cuando te restriego,
cabeza de fuego.
más adivinanzas de cosas de la casa...
Lámina que no se ve y nos protege del viento. Aunque la atraviesa el sol, se empaña con el aliento.
¿Quién pensaréis que yo soy, que cuanto más y más lavo, mucho más sucia me voy?
Caja llena de soldados, todos largos y delgados, con gorritos colorados.
Cuatro patas tiene, así como asiento; de ella me levanto y en ella me siento.
A la entrada de tu casa algo suena si lo aprietan y tu sales presurosa a abrir deprisa la puerta.
Muy bonito por delante y muy feo por detrás; me transformo a cada instante, pues imito a los demás.
Es una caja habladora, que vive en todas las casas, y se calla a muy alta hora.
Cuando te veo me ves, cuando me ves te veo, y no te parezco feo.
De nada me sirven, estas cuatro patas, que quieta estoy siempre, sobre mí, el durmiente.
En la mesa me ponen y sobre mí todos comen.