Ya ves, ya ves,
tan claro que es.
No me la adivines
de aquí a un mes.
más adivinanzas de cosas de la casa...
La cara que yo acaricio, dejo de seda al momento, porque ni un pelo se resiste a mi marcha, ¡buen invento!
Estoy dentro de él y no puedo entrar en él.
¿Quién será la desvelada, lo puedes tú discurrir? día y noche está acostada y no se puede dormir.
Pino sobre pino, sobre pino, lino, sobre lino, flores y alrededor amores.
Vivo en alta situación y en continuo movimiento, con exactitud presento del aire la dirección.
A la entrada de tu casa algo suena si lo aprietan y tu sales presurosa a abrir deprisa la puerta.
Aunque músculos no tengo, los techos yo sostengo.
Soy liso y llano en extremo, y, aunque me falta la voz, digo en su cara a cualquiera la más leve imperfección; contesto al que me pregunta sin lisonja ni aflicción, y si mala cara pone, la misma le pongo yo.
Al nacer fui maltratada, mi dueño me tiene amor, y aunque soy mujer honrada, me suele tener atada y con guardas mi señor.
Todos me buscan, para descansar, si ya te lo he dicho, no lo pienses más.