Caja llena de soldados,
todos largos y delgados,
con gorritos colorados.
más adivinanzas de cosas de la casa...
Ya ves, ya ves, tan claro que es. No me la adivines de aquí a un mes.
Aunque de comida voy cargado, la gente me vacía, y nunca soy tragado.
Una caja en tu casa que te sube y que te baja.
Aunque yo nunca me mueva por mí suben, por mi bajan; soy de diversas materias y mi utilidad la halagan.
Aunque al dormir me consultan, nunca suelo contestar.
Es un campo colorado con los surcos muy derechos; muy en alto está situado e inclinado de dos lados.
Como conoce la clave, gira por su laberinto y deja entrar al recinto.
Doy vueltas y no soy tiempo, un secreto sé guardar, si no me cuidan, me pierdo. ¿Con mi nombre sabrás dar?
Poseo dientes y ojos y para hacerme trabajar me has de meter en cerrojos.
Es una caja habladora, que vive en todas las casas, y se calla a muy alta hora.
