Caja llena de soldados,
todos largos y delgados,
con gorritos colorados.
más adivinanzas de cosas de la casa...
En la mesa me ponen y sobre mí todos comen.
Un campo bien labrado no gasta reja ni arado.
Sin ella en la mano ni entras ni sales, ni vas a la calle.
Lámina que no se ve y nos protege del viento. Aunque la atraviesa el sol, se empaña con el aliento.
Es un campo colorado con los surcos muy derechos; muy en alto está situado e inclinado de dos lados.
Adivíname ésa.
Ya ves, ya ves, tan claro que es. No me la adivines de aquí a un mes.
En el campo soy hallada y al fuego alimento. Donde quiera que soy llevada, es para darme tormento.
Fui a la plaza y compré un negrito. Llegué a la casa y se puso coloradito. ¿Qué es?
Siempre andamos por el suelo de alcobas y de salones y en historias orientales hasta hacemos algún vuelo.