Caja llena de soldados,
todos largos y delgados,
con gorritos colorados.
más adivinanzas de cosas de la casa...
Aunque al dormir me consultan, nunca suelo contestar.
Cabezón y muy delgado, que se pone siempre negro, después de haber sido frotado.
Sin ella en la mano ni entras ni sales, ni vas a la calle.
En la mesa me ponen y sobre mí todos comen.
Sube llena, baja vacía, y si no se da prisa, la sopa se enfría,
La cara que yo acaricio, dejo de seda al momento, porque ni un pelo se resiste a mi marcha, ¡buen invento!
Cuatro patas tiene y no puede andar también cabecera sin saber hablar.
Caja llena de soldados, todos largos y delgados, con gorritos colorados.
Es un campo colorado con los surcos muy derechos; muy en alto está situado e inclinado de dos lados.
Soy de cabeza redonda y me sostengo en un solo pie. Soy de tal fortaleza que a Dios hombre sujeté.
