Caja llena de soldados,
todos largos y delgados,
con gorritos colorados.
más adivinanzas de cosas de la casa...
Ni corre, ni vuela, pero siempre te precede, cuando vas o cuando llegas.
Cabecita fría la noche haces día cuando te restriego, cabeza de fuego.
Vivo en alta situación y en continuo movimiento, con exactitud presento del aire la dirección.
Llevo secretos a voces, corriendo por esos mundos y sin que nadie los oiga los doy en unos segundos.
Su forma es de pera, aunque es de cristal da luz sin espera para cada cual.
Con patas y espalda, no se mueve ni anda.
Como conoce la clave, gira por su laberinto y deja entrar al recinto.
Aunque de comida voy cargado, la gente me vacía, y nunca soy tragado.
Soy liso y llano en extremo, y, aunque me falta la voz, digo en su cara a cualquiera la más leve imperfección; contesto al que me pregunta sin lisonja ni aflicción, y si mala cara pone, la misma le pongo yo.
¿Que le pones a una caja que la hace más ligera?
