Con patas y espalda,
no se mueve ni anda.
más adivinanzas de cosas de la casa...
Ruedo y ruedo, y en los bolsillos me quedo.
Ya ves, ya ves, tan claro que es. No me la adivines de aquí a un mes.
Sale de la sala, entra en la cocina, meneando la cola como una gallina.
Te lo digo y no me entiendes, no tengo boca y si tengo dientes
Golpe va, golpe viene y en su puesto se mantiene.
No soy el sol, tampoco el fuego; pero la casa bien que caliento.
Con mi cara tan cuadrada, lisa o con dibujitos, resignada y por los suelos, me repito, me repito...
Tiene un ojo y nada ve, por abrir no es cosa dura, sin embargo por cerrar, sí que cierra y sí que es dura.
Aunque tengo cuatro patas, yo nunca puedo correr, tengo la comida encima, y no la puedo comer.
Es tu favorita cuando sientes frío; la encuentras escrita en el verso mío.