adivinanzas para niños

Es una enorme naranja
pero de zumo salado,
los gajos se le suponen
entre un par de meridianos.

 

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Nazco y muero sin cesar; sigo no obstante existiendo, y, sin salir de mi lecho, me encuentro siempre corriendo.

Son mis colores tan brillantes que el cielo alegro en un instante.

No ves el sol, no ves la luna, y si está en el cielo no ves cosa alguna.

Él es tío sin sobrinos, a todos calienta igual. Si no sabes de quién hablo, tras la primavera vendrá.

No soy estación del Metro ni soy estación del tren, pero soy una estación donde mil flores se ven.

Es una enorme naranja pero de zumo salado, los gajos se le suponen entre un par de meridianos.

Alto, alto, como un pino, pesa menos que un comino.

Muchas monjitas en un convento, visitan las flores y hacen dulces dentro.

Aparece por delante, por los lados, por la espalda, te descuidas un instante y te levanta la falda.

En el cielo soy de agua, en la tierra soy de polvo, en las iglesias de humo y mancha blanca en los ojos.