Miras adelante,
haces ejercicio,
das a los pedales,
tienes equilibrio.

Bajo mi carpa gigante, acojo a chicos y grandes; payasos y trapecistas son típicos en mis pistas.

Atada a una cuerda volaba y volaba y un niño en la tierra la sujetaba.

Tengo caballos que suben y bajan, dan vueltas y vueltas y nunca se cansan.

Sobre un camino de hierro, muchas sorpresas tendrás, subo y bajo bruscamente, a mucha velocidad.

Sólo una faja es mi vestido, cuando me lo quitan arranco a bailar. Pies y manos no tengo, pero a los más jóvenes entretengo.

Es un bonito juego: tu te vas y yo me quedo; cuento, cuento, cuento y luego voy a tu encuentro.

Once jugadores del mismo color, diez van por el campo, detrás de un balón.

Veintiocho caballeros ataviados de levita, que se ponen en la mesa a jugar una partida.

Culebrinas de papel de varias tonalidades, las tiramos en las fiestas y también en carnavales.

Tengo cadenas sin ser preso, si me empujas voy y vengo, en los jardines y parques muchos niños entretengo.