Me lleváis,
me traéis,
y si sois nuevos
quizás me mordéis.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
Ahí vienen dos: uno se moja y el otro no.
El pie tapo al instante igual que si fuera un guante.
Pisados, siempre en el suelo, recibiendo malos tratos, y sin señales de duelo.
Colgada voy por delante y al hombre hago elegante.
Me pones y me quitas, me tomas y me dejas, conmigo no tiritas y estoy hecho de madejas.
Redondito, redondón, no tiene tapa ni tapón.
Aunque las adornamos a ellas cuando no tenemos carreras, la gente tiene manía de no llamarnos enteras.
Tengo corazón sin ser persona, tengo bata sin ser mujer. y el hombre elegante me lleva delante.
No he de darte más razones, sin mi perderías los pantalones.
Tienen justo cinco dedos como la mano; se rellenan en invierno, se vacían en verano.