adivinanzas para niños

Son mis colores tan brillantes
que el cielo alegro en un instante.

 

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Tengo lecho y no me acuesto tengo curso sin ser maestro.

Aparece por delante, por los lados, por la espalda, te descuidas un instante y te levanta la falda.

Cuatro puntos son y para distinguirlos necesitamos del sol.

Nazco y muero sin cesar; sigo no obstante existiendo, y, sin salir de mi lecho, me encuentro siempre corriendo.

En mí se mueren los ríos, y por mí los barcos van, muy breve es el nombre mío, tres letras tiene no más.

Desde el día en que nací, corro y corro sin cesar: corro de noche y de día hasta llegar a la mar.

Van y llegan, se llevan lo que traen y lo que traen se llevan

Muchas monjitas en un convento, visitan las flores y hacen dulces dentro.

El cielo y la tierra se van a juntar; la ola y la nube se van a enredar. Vayas donde vayas siempre lo verás, por mucho que andes nunca llegarás.

Vuela en el aire, pace en la tierra, se posa en los árboles, anda en la mano, se deshace en el horno y se ahoga en el agua.