Aunque al dormir me consultan,
nunca suelo contestar.
más adivinanzas de cosas de la casa...
Un barbecho bien labrado, ni entra mula, ni entra arado.
Como conoce la clave, gira por su laberinto y deja entrar al recinto.
Adivíname ésa.
Estoy dentro de él y no puedo entrar en él.
Habla y no tiene boca, oye y no tiene oído, es chiquito y hace ruido, muchas veces se equivoca.
¿Quién pensaréis que yo soy, que cuanto más y más lavo, mucho más sucia me voy?
Está hecha de metal, de madera o de cristal y golpes siempre recibe cuando la entrada prohíbe.
Es una caja habladora, que vive en todas las casas, y se calla a muy alta hora.
Durante el verano escondido, en el invierno encendido.
En la mesa me ponen y sobre mí todos comen.
