Aunque no hable,
lo cuenta todo por cable.
más adivinanzas de cosas de la casa...
¿Quién pensaréis que yo soy, que cuanto más y más lavo, mucho más sucia me voy?
Cuatro patas tiene y no puede andar también cabecera sin saber hablar.
Aunque músculos no tengo, los techos yo sostengo.
Adivíname ésa.
En el campo soy hallada y al fuego alimento. Donde quiera que soy llevada, es para darme tormento.
Soy liso y llano en extremo, y, aunque me falta la voz, digo en su cara a cualquiera la más leve imperfección; contesto al que me pregunta sin lisonja ni aflicción, y si mala cara pone, la misma le pongo yo.
Pequeña como una pera y alumbra la casa entera.
Pino sobre pino, sobre pino, lino, sobre lino, flores y alrededor amores.
Cabecita fría la noche haces día cuando te restriego, cabeza de fuego.
No pienses que es una col, o que baila el chachachá; búscala sobre tu cama, que yo te la he dicho ya.
