Con mi cara tan cuadrada,
lisa o con dibujitos,
resignada y por los suelos,
me repito, me repito…
más adivinanzas de cosas de la casa...
Habla y no tiene boca, oye y no tiene oído, es chiquito y hace ruido, muchas veces se equivoca.
Durante el verano escondido, en el invierno encendido.
Cuando te veo me ves, cuando me ves te veo, y no te parezco feo.
Tengo dientes y no muerdo, desenredo con cuidado, caminos abro en tu pelo, ya sea liso o rizado.
Sale de la sala, entra en la cocina, meneando la cola como una gallina.
No pienses que es una col, o que baila el chachachá; búscala sobre tu cama, que yo te la he dicho ya.
La cara que yo acaricio, dejo de seda al momento, porque ni un pelo se resiste a mi marcha, ¡buen invento!
Llevo secretos a voces, corriendo por esos mundos y sin que nadie los oiga los doy en unos segundos.
En el campo soy hallada y al fuego alimento. Donde quiera que soy llevada, es para darme tormento.
Ruedo y ruedo, y en los bolsillos me quedo.