La cara que yo acaricio,
dejo de seda al momento,
porque ni un pelo se resiste
a mi marcha, ¡buen invento!
más adivinanzas de cosas de la casa...
Pino sobre pino, sobre pino, lino, sobre lino, flores y alrededor amores.
Ruedo y ruedo, y en los bolsillos me quedo.
Del techo al suelo, cortada y fina, tela con vuelo.
Soy de cabeza redonda y me sostengo en un solo pie. Soy de tal fortaleza que a Dios hombre sujeté.
Muy bonito por delante y muy feo por detrás; me transformo a cada instante, pues imito a los demás.
Al nacer fui maltratada, mi dueño me tiene amor, y aunque soy mujer honrada, me suele tener atada y con guardas mi señor.
A la entrada de tu casa algo suena si lo aprietan y tu sales presurosa a abrir deprisa la puerta.
¿Que le pones a una caja que la hace más ligera?
De mi madre nací yo, sin fundamento de padre, y luego me he muerto yo y de mi nació mi madre.
Poseo dientes y ojos y para hacerme trabajar me has de meter en cerrojos.