Cuando te veo me ves,
cuando me ves te veo,
y no te parezco feo.
más adivinanzas de cosas de la casa...
Sin ella en la mano ni entras ni sales, ni vas a la calle.
Ruedo y ruedo, y en los bolsillos me quedo.
Muy bonito por delante y muy feo por detrás; me transformo a cada instante, pues imito a los demás.
¿Quién será la desvelada, lo puedes tú discurrir? día y noche está acostada y no se puede dormir.
No soy el sol, tampoco el fuego; pero la casa bien que caliento.
Está hecha de metal, de madera o de cristal y golpes siempre recibe cuando la entrada prohíbe.
Cuando la entrada yo les prohíbo, son muchos golpes los que recibo.
Que timbre y número tenga y en verdad portal no sea es cierto, y el que desea hablar por él, no lo cuelga.
Vivo en alta situación y en continuo movimiento, con exactitud presento del aire la dirección.
Estoy dentro de él y no puedo entrar en él.