Corre más que un ciclista,
nunca da marcha atrás,
si lo pierdes de vista,
¡cómo envejecerás!
más adivinanzas sobre el tiempo...
Fui y no soy, no soy y fui, mañana seré y hablan siempre de mí.
Doce caballeros, nacidos del sol, todos mueren antes de los treinta y dos.
Unas surgen con la luna, a otras las alumbra el sol, todas juegan al corro y todas hermanas son.
De siete en siete vamos cogiditos de las manos.
Juntos dos en un borrico, ambos andan a la par, doce leguas anda uno y una el otro nada más.
Aquí estamos doce hermanos; yo, que el segundo nací, soy el menor entre todos: ¿Cómo puede ser así?
Tiene agujas y no cose, no se mueve, pero anda, si le das cuerda funciona y el paso del tiempo señala.
Los siete son hermanitos y viven un solo día: cuando uno nace otro muere, y así se pasan la vida.
Somos sesenta mellizos, en torno de nuestra madre, tenemos sesenta hijitos y toditos son iguales.
Dos hermanas en la plaza, ambas marchan a la par, si una da doce vueltas, la otra una, nada más.
