Corre más que un ciclista,
nunca da marcha atrás,
si lo pierdes de vista,
¡cómo envejecerás!
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¿Qué cosa no ha sido y tiene que ser, y que cuando sea dejará de ser?
Nos llegan muy de mañana y se van mucho después, regresan cada semana y cuatro veces al mes.
Te indica el día, te indica el mes, te indica el año. Dime ¿qué es?
Me hallo en los escritorios y en las casas comerciales, todos me miran quien soy para ver lo que contengo. Mis días están contados y el día que voy a morir ya se sabe de antemano.
Juntos dos en un borrico, ambos andan a la par, doce leguas anda uno y una el otro nada más.
Quién es un viejo ligero, que es de cuatro movimientos puestos en doce cimientos, que, a cualquier pasajero, da más penas que contentos.
Soy un caballero muy aseñorado, tengo doce damas para mi regalo, todas van en coche y gastan sus cuartos, todas usan medias, pero no zapatos.
Corre más que un ciclista, nunca da marcha atrás, si lo pierdes de vista, ¡cómo envejecerás!
Brazos tengo desiguales y a mi ritmo se mueven los mortales.
Un árbol con doce ramas, cada rama, cuatro hijas, cada hija, siete hijos, me dices ¿cómo se llama?
