Corre más que un ciclista,
nunca da marcha atrás,
si lo pierdes de vista,
¡cómo envejecerás!
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Corre más que un ciclista, nunca da marcha atrás, si lo pierdes de vista, ¡cómo envejecerás!
De aquí al domingo seis pasos, seis cielos que veo pasar, seis mañanas, seis ocasos ¿Cómo me debo llamar?
Son doce hermanas y todas gastan medias y, aunque, van numeradas todas son cantadas.
Juntos dos en un borrico, ambos andan a la par, doce leguas anda uno y una el otro nada más.
Brazos tengo desiguales y a mi ritmo se mueven los mortales.
¿Qué día será, que entre el sábado y el lunes está?
Aquí estamos doce hermanos; yo, que el segundo nací, soy el menor entre todos: ¿Cómo puede ser así?
Doce señoritas en un mirador, todas tienen medias y zapatos no.
Quién es un viejo ligero, que es de cuatro movimientos puestos en doce cimientos, que, a cualquier pasajero, da más penas que contentos.
Somos doce hermanos y yo el más chiquito; cada cuatro años me crece el rabito.
