Doce señoritas
en un mirador,
todas tienen medias
y zapatos no.
más adivinanzas sobre el tiempo...
Quién es un viejo ligero, que es de cuatro movimientos puestos en doce cimientos, que, a cualquier pasajero, da más penas que contentos.
¿Qué cosa, qué cosa es? que vuela sin tener alas, y corre sin tener pies.
Para unos soy muy corto; para otros, regular; para los tristes muy largo; para Dios, la eternidad.
Son doce hermanas y todas gastan medias y, aunque, van numeradas todas son cantadas.
Un árbol con doce ramas, cada rama, cuatro hijas, cada hija, siete hijos, me dices ¿cómo se llama?
Unas surgen con la luna, a otras las alumbra el sol, todas juegan al corro y todas hermanas son.
Estoy condenado a un año y un día; si esto es cada cuatro, ¿mi nombre, sabrías?
Cuando apenas he nacido, mi vida se acaba al punto; aunque no soy el primero, lo sigo por todo el mundo.
Doce palomitas en un palomar, a la hora y a los cuartos salen a volar.
Brazos tengo desiguales y a mi ritmo se mueven los mortales.