En dos castañuelas voy encerrado
y al sacarme del mar me pongo colorado
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En mí se mueren los ríos, y por mí los barcos van, muy breve es el nombre mío, tres letras tiene, no más.
Si dejas atrás la playa ella te mantiene a raya.
Lleva años en el mar y aún no sabe nadar.
No lo parezco y soy pez, y mi forma la refleja una pieza de ajedrez.
Tengo ocho patas cargadas de ventosas, y paseo por las rocas, meciéndome en las olas. ¿Quién soy?
Un truquito este pez tiene que no todo el mundo sabe: si a su nombre quitas la «ene», va y se transforma en ave.
Tengo tinta, tengo plumas y brazos tengo, además, pero no puedo escribir, porque no aprendí jamás.
Haciendo ruido ya vienen, haciendo ruido se van; y, cuando mañana vuelvan, de igual manera se irán.
Adivina quien yo soy: al ir parece que vengo, y al venir, es que me voy.
Ella no tiene pies, y si te descuidas, parece un pez.
