Enfundados siempre van
y hay que tener cuidado
con las patadas que dan.
más adivinanzas del cuerpo humano...
Adivina, adivinanza, tiene un solo ojo y una cara ancha.
Guardada en estrecha cárcel por soldados de marfil, está una roja culebra, que es la madre del mentir.
Si los abro veo si los cierro sueño.
Tiene grandes pabellones, pero no tiene habitaciones.
Enfundados siempre van y hay que tener cuidado con las patadas que dan.
¿Quién seré yo que encerrada soy donde quiera que voy, me encuentro siempre mojada y al cielo pegada estoy.
Dicen que son de dos, pero siempre son de una.
Uno larguito, dos más bajitos, otro chico y flaco, y otro gordazo.
Con ella vives, con ella hablas, con ella rezas y hasta bostezas.
Podrás tocarlos, podrás cortarlos, pero nunca contarlos.
