Es mi madre tartamuda,
y mi padre «cantaor»,
tengo blanco mi vestido,
amarillo el corazón.
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Te digo y te repito que si no lo adivinas no vales un pito.
Blanca soy y, como dice mi vecina, útil siempre soy en la cocina.
Y la casa del quesero, ¿qué sería?
Cuanto más caliente, más fresco y crujiente. ¿Quién soy?
Blanca fue mi niñez, morada mi mocedad, negra y prieta mi vejez, adivina qué será.
La mujer del quesero, ¿qué será?
Estando sano me cortan, sin ser enfermo me curan y en lonchas o pedacitos, dicen que estoy exquisito.
En un cuartito caliente, hay bailando mucha gente.
Somos blancos, larguiruchos, nos fríen en las verbenas, y dorados, calentitos, nos comen nenes y nenas.
Blanco es, la gallina lo pone, con aceite se fríe y con pan se come.