Quién es un viejo ligero,
que es de cuatro movimientos
puestos en doce cimientos,
que, a cualquier pasajero,
da más penas que contentos.
más adivinanzas sobre el tiempo...
Para unos soy muy corto; para otros, regular; para los tristes muy largo; para Dios, la eternidad.
Brazos tengo desiguales y a mi ritmo se mueven los mortales.
¿Qué cosa no ha sido y tiene que ser, y que cuando sea dejará de ser?
Cuando apenas he nacido, mi vida se acaba al punto; aunque no soy el primero, lo sigo por todo el mundo.
Un árbol con doce ramas, cada rama, cuatro nidos; cada nido, siete pájaros: cada cual con su apellido.
Nos llegan muy de mañana y se van mucho después, regresan cada semana y cuatro veces al mes.
Una cara con dos manos pegada está a la pared. Antes de un minuto, hermanos, ¿sabréis decirme quién es?
Todos me esperan pero nunca llego, porque cuando llego yo desaparezco.
Fui y no soy, no soy y fui, mañana seré y hablan siempre de mí.
De siete en siete vamos cogiditos de las manos.
