¿Quién pensaréis que yo soy,
que cuanto más y más lavo,
mucho más sucia me voy?
más adivinanzas de cosas de la casa...
Habla y no tiene boca, oye y no tiene oído, es chiquito y hace ruido, muchas veces se equivoca.
Aunque yo nunca me mueva por mí suben, por mi bajan; soy de diversas materias y mi utilidad la halagan.
Golpe va, golpe viene y en su puesto se mantiene.
Dicen que quien lo tiene es muy gracioso, se sacude en la mesa contra lo soso.
Cabezón y muy delgado, que se pone siempre negro, después de haber sido frotado.
En los baños suelo estar, aunque provengo del mar.
La cara que yo acaricio, dejo de seda al momento, porque ni un pelo se resiste a mi marcha, ¡buen invento!
Como conoce la clave, gira por su laberinto y deja entrar al recinto.
En el campo fui nacida, vestida de verdes ramas, y al pueblo me trajeron, para servir a las damas, a mí todo me regalan, caramelos, miel, melada, mas yo todo lo reparto, porque no sé comer nada.
No soy el sol, tampoco el fuego; pero la casa bien que caliento.
