Son nuestras blancas flores
a veces tan tempranas,
que la nieve, envidiosa,
viene a ver si nos gana
más adivinanzas de arboles y plantas...
Soy un árbol frondoso que da buen fruto pero cuando oyen mi nombre dicen que hurto.
En el origen la respuesta está, en el fin, continuidad, y si no dice la verdad, tienes la réplica ya.
En la tierra te sembraron, las aves te desearon, cuando estuviste dorado los hombres te segaron.
Mi nombre es de peregrino y tengo virtud notable, me encuentras en los caminos y mi olor es agradable.
Sin el aire yo no vivo; sin la tierra yo me muero; tengo yemas sin ser huevo, y copa sin ser sombrero.
De mi tronco herido sacan la resina. En las piñas guardo todas mis semillas.
Alta como un pino, verde como un lino, con las hojas anchas y el fruto amarillo.
¿Qué es, qué no es? Está en el jardín, también en tus pies.
Está en la navaja y está en el cuaderno, se cae del árbol antes del invierno.
Siempre se muere escondida sin dar guerra, por dar a otros su vida bajo tierra.