Soy un turco pues sustento
las mujeres que me dan,
con quien hago de galán;
repártoles el sustento,
de celos padezco afán.
Roja diadema me adorna,
el traje Dios me lo dio,
y aunque carezco de dientes
tengo fama de cantor.

Jamás de su casa sale y corre el monte y el valle.

Mi casa llevo a cuestas, tras de mí dejo un sendero, soy lento de movimientos, no le gusto al jardinero.

Detras de mi corre el perro, voy detras de los ratones, me gusta comer pescado y acostarme en los sillones. ¿Quién soy?

Es la reina de los mares, su dentadura es muy buena, y por no ir nunca vacía, siempre dicen que va llena.

En el estanque me admiran, por mi elegancia y belleza tengo cuello largo y fino y muy bonita cabeza.

Adivina quien yo soy: al ir parece que vengo, y al venir, es que me voy.

Aunque no soy pajarillo canto sin ninguna pena y cuando en plural me usan represento la condena.

Este es un animal, de tal modo original, que al ponerse cara arriba, ya no se llama igual.

Animal soy, desde luego; me llaman el jorobado, y que tengo cuatro patas, ya se da por descontado.

Volando en el aire, y besando las flores, se pasa su vida, de luz y colores.