Soy un turco pues sustento
las mujeres que me dan,
con quien hago de galán;
repártoles el sustento,
de celos padezco afán.
Roja diadema me adorna,
el traje Dios me lo dio,
y aunque carezco de dientes
tengo fama de cantor.

El roer es mi trabajo, el queso mi aperitivo y el gato ha sido siempre mi más temido enemigo.

Lo mismo que un galgo valgo, su retrato soy y amigo, y si por el campo salgo, las liebres mucho persigo, y es cierto que no soy galgo.

Adivina, adivinajera: no tiene traje y sí faltriquera.

Vive en el desierto, mata a las personas, debajo de las piedras, muy bien se acomoda.

Adivina, adivinanza ¿quién puso el huevo en la paja?

Alto, altanero, gran caballero, gorro de grana, capa dorada, espuelas de acero.

¿Quién allá en lo alto en las ramas mora y allí esconde, avara, todo lo que roba?

Volando en el aire, y besando las flores, se pasa su vida, de luz y colores.

Soy señor muy elegante y excelente nadador, y puedo hacer con mi cuello signos de interrogación.

Anido en las torres, largo cuello tengo y todos los años por San Blas vengo.