Tengo duro el corazón
pulpa blanca y
liquido en mi interior
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A esta fruta se le culpa y fue cosa del demonio, pues comieron de su pulpa los del primer matrimonio.
Si la dejamos se pasa; si la vendemos se pesa; si se hace vino se pisa; si la dejamos se posa.
A veces blanquita, a veces negrita y siempre bolita.
Tengo nombre de ciudad, con cierta fruta concuerdo y muerdo en la realidad. ¿Qué soy?
Ni espero que me lo aciertes, ni espero que me bendigas, y, con un poco de suerte, espero que me lo digas.
Son de color chocolate, se ablandan con el calor y si se meten al horno explotan con gran furor.
Una madre con cien hijas y a todas pone camisas.
Tiene ojos y no ve, tiene agua y no la bebe, tiene carne y no la come tiene barba y no es hombre.
Arca, monarca, llena de placer; ningún carpintero te ha sabido hacer.
Soy ave y soy llana, pero no tengo pico ni alas.
