adivinanzas para niños

En verano barbudo
y en invierno desnudo,
¡esto es muy duro!

 

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Son mis colores tan brillantes que el cielo alegro en un instante.

Desde el día en que nací, corro y corro sin cesar: corro de noche y de día hasta llegar a la mar.

Nicanor tenía un barco y con él surcaba el río; ¿era este un barco pequeño o este era un gran navío? Lee despacio, Encarnación, y hallarás la solución.

En mí se mueren los ríos, y por mí los barcos van, muy breve es el nombre mío, tres letras tiene no más.

Tengo lecho y no me acuesto tengo curso sin ser maestro.

Millares de soldaditos van unidos a la guerra, todos arrojan lanzas que caen sobre la tierra.

Es tan humilde y tan buena que hasta se deja pisar; para el almuerzo y la cena la vaca la va a tomar.

Viene del cielo, del cielo viene, a unos disgusta y a otros mantiene.

Vuela en el aire, pace en la tierra, se posa en los árboles, anda en la mano, se deshace en el horno y se ahoga en el agua.

Sin vacación en sus cursos, al principio son pequeños, suelen nacer en montañas y morir de marineros.