El cielo y la tierra
se van a juntar;
la ola y la nube
se van a enredar.
Vayas donde vayas
siempre lo verás,
por mucho que andes
nunca llegarás.
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Hay un hijo que hace nacer a la madre que le dio el ser.
Nazco y muero sin cesar; sigo no obstante existiendo, y, sin salir de mi lecho, me encuentro siempre corriendo.
Cuatro puntos son y para distinguirlos necesitamos del sol.
El cielo y la tierra se van a juntar; la ola y la nube se van a enredar. Vayas donde vayas siempre lo verás, por mucho que andes nunca llegarás.
Aparece por delante, por los lados, por la espalda, te descuidas un instante y te levanta la falda.
En mí se mueren los ríos, y por mí los barcos van, muy breve es el nombre mío, tres letras tiene no más.
Desde el día en que nací, corro y corro sin cesar: corro de noche y de día hasta llegar a la mar.
Son mis colores tan brillantes que el cielo alegro en un instante.
¿Qué es, qué es, que te da en la cara y no lo ves?
Es tan humilde y tan buena que hasta se deja pisar; para el almuerzo y la cena la vaca la va a tomar.