Dos hermanas diligentes
que caminan al compás,
con el pico por delante
y los ojos por detrás.
más adivinanzas de costura y plancha...
Soy pequeña y afilada y pincho con mis puntadas.
Y lo es, y lo es y no me lo adivinas en un mes.
Un pie grave, ardiente y plano, va dejando el campo llano y, al pasar, su calentura va dejando en la llanura.
Vengo al mundo a trabajar, y tengo tan mala suerte, que todos me pinchan el culo, y yo no me puedo quejar.
Soy alta y delgada, tengo un ojo, hago vestidos y no me los pongo.
Tengo pie y no tengo boca, hilo meto, hilo asomo, tengo dientes y no como.
Pico sin tener enojos y, sin nacer, soy de corte, pero muchos, con arrojos, los dedos, viendo mi porte, me los meten por los ojos.
Dos hermanas diligentes que caminan al compás, con el pico por delante y los ojos por detrás.
Largo, largo, como un camino y cabe en un «pucherino».
¿Quién es esa señora, que tiene la propiedad, de estirar bien lo arrugado y de arrugar lo estirado, con igual facilidad?