adivinanzas para niños

No soy el sol,
tampoco el fuego;
pero la casa
bien que caliento.

 

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En lo más alto me ponen para que el viento me dé, soy guía para los hombres y siempre estoy de pié.

Soy liso y llano en extremo, y, aunque me falta la voz, digo en su cara a cualquiera la más leve imperfección; contesto al que me pregunta sin lisonja ni aflicción, y si mala cara pone, la misma le pongo yo.

Cuerpo de palo, cabeza de color, me encienden con cuidado y doy mucho calor. ¿Qué es ?

A la entrada de tu casa algo suena si lo aprietan y tu sales presurosa a abrir deprisa la puerta.

Sale de la sala, entra en la cocina, meneando la cola como una gallina.

Es un campo colorado con los surcos muy derechos; muy en alto está situado e inclinado de dos lados.

Todos me buscan, para descansar, si ya te lo he dicho, no lo pienses más.

Habla y no tiene boca, oye y no tiene oído, es chiquito y hace ruido, muchas veces se equivoca.

No soy el sol, tampoco el fuego; pero la casa bien que caliento.

No pienses que es una col, o que baila el chachachá; búscala sobre tu cama, que yo te la he dicho ya.