¿Quién pensaréis que yo soy,
que cuanto más y más lavo,
mucho más sucia me voy?
más adivinanzas de cosas de la casa...
Con patas y espalda, no se mueve ni anda.
Sale de la sala, entra en la cocina, meneando la cola como una gallina.
Un campo bien labrado no gasta reja ni arado.
Te lo digo y no me entiendes, no tengo boca y si tengo dientes
Llevo secretos a voces, corriendo por esos mundos y sin que nadie los oiga los doy en unos segundos.
En la mesa me ponen y sobre mí todos comen.
Es un campo colorado con los surcos muy derechos; muy en alto está situado e inclinado de dos lados.
Cabezón y muy delgado, que se pone siempre negro, después de haber sido frotado.
Como conoce la clave, gira por su laberinto y deja entrar al recinto.
Aunque al dormir me consultan, nunca suelo contestar.