Te lo digo y
no me entiendes,
no tengo boca y
si tengo dientes
más adivinanzas de cosas de la casa...
Adivíname ésa.
Aunque soy iluminada siempre me tienen colgada.
Si me mojas hago espuma, con ojitos de cristal, y tu cuerpo se perfuma, mientras llega mi final.
Cabezón y muy delgado, que se pone siempre negro, después de haber sido frotado.
Habla y no tiene boca, oye y no tiene oído, es chiquito y hace ruido, muchas veces se equivoca.
En un cuarto me arrinconan sin acordarse de mí, pero pronto van a buscarme cuando tienen que subir.
Cuando te veo me ves, cuando me ves te veo, y no te parezco feo.
Es verdad que tú le miras, es mentira que te ve, sois iguales uno al otro, está claro que eres él.
Que timbre y número tenga y en verdad portal no sea es cierto, y el que desea hablar por él, no lo cuelga.
¿Quién pensaréis que yo soy, que cuanto más y más lavo, mucho más sucia me voy?
