Te lo digo y
no me entiendes,
no tengo boca y
si tengo dientes
más adivinanzas de cosas de la casa...
Dicen que quien lo tiene es muy gracioso, se sacude en la mesa contra lo soso.
Lámina que no se ve y nos protege del viento. Aunque la atraviesa el sol, se empaña con el aliento.
Un barbecho bien labrado, ni entra mula, ni entra arado.
No soy el sol, tampoco el fuego; pero la casa bien que caliento.
Es verdad que tú le miras, es mentira que te ve, sois iguales uno al otro, está claro que eres él.
Quien me mira se refleja así nadie tendrá una queja.
Una señorita de carnes muy blandas, que sin ser enferma siempre está en la cama.
Caja llena de soldados, todos largos y delgados, con gorritos colorados.
Como conoce la clave, gira por su laberinto y deja entrar al recinto.
Al nacer fui maltratada, mi dueño me tiene amor, y aunque soy mujer honrada, me suele tener atada y con guardas mi señor.