De nada me sirven,
estas cuatro patas,
que quieta estoy siempre,
sobre mí, el durmiente.
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Tengo dientes y no muerdo, desenredo con cuidado, caminos abro en tu pelo, ya sea liso o rizado.
Aunque yo nunca me mueva por mí suben, por mi bajan; soy de diversas materias y mi utilidad la halagan.
De nada me sirven, estas cuatro patas, que quieta estoy siempre, sobre mí, el durmiente.
Un barbecho bien labrado, ni entra mula, ni entra arado.
A la entrada de tu casa algo suena si lo aprietan y tu sales presurosa a abrir deprisa la puerta.
Me compran para dormir y me encanta sacudir. ¿Qué soy?
Adivíname ésa.
Llevo secretos a voces, corriendo por esos mundos y sin que nadie los oiga los doy en unos segundos.
Como conoce la clave, gira por su laberinto y deja entrar al recinto.
De mi madre nací yo, sin fundamento de padre, y luego me he muerto yo y de mi nació mi madre.