Al revolver una esquina
me encontré con un convento,
las monjas vestidas de blanco,
la superiora en el centro,
más arriba dos ventanas,
más todavía un par de espejos
y en lo más alto la plaza
donde pasean los caballeros.
más adivinanzas del cuerpo humano...
Con ella vives, con ella hablas, con ella rezas y hasta bostezas.
A muchos se lo suelen tomar si antes no se ha ido a pelar.
¿Quién seré yo que encerrada soy donde quiera que voy, me encuentro siempre mojada y al cielo pegada estoy.
Al dar la vuelta a la esquina tropecé con un convento, las monjas iban de blanco y el sacristán en el centro.
Dos fuentes muy cristalinas están en medio de un llano y cuando las fuentes manan no está muy contento el amo.
Formamos, como soldados, en una fila y somos carniceros toda la vida
¿Qué instrumento se puede escuchar, pero no se puede ver ni tocar?
Si aciertas esta pregunta, te anotarás un buen tanto: ¿qué cosa acabada en punta tienes entre risa y llanto?
Juntos vienen, juntos van, uno va delante, otro va detrás.
Ordenes da, órdenes recibe, algunas autoriza, otras prohíbe.