En el campo soy hallada
y al fuego alimento.
Donde quiera que soy llevada,
es para darme tormento.
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Ya ves, ya ves, tan claro que es. No me la adivines de aquí a un mes.
Dicen que tiene y no tiene, mucho pincha, poco retiene.
De nada me sirven, estas cuatro patas, que quieta estoy siempre, sobre mí, el durmiente.
Soy de cabeza redonda y me sostengo en un solo pie. Soy de tal fortaleza que a Dios hombre sujeté.
Tiene un ojo y nada ve, por abrir no es cosa dura, sin embargo por cerrar, sí que cierra y sí que es dura.
En el campo soy hallada y al fuego alimento. Donde quiera que soy llevada, es para darme tormento.
En el campo fui nacida, vestida de verdes ramas, y al pueblo me trajeron, para servir a las damas, a mí todo me regalan, caramelos, miel, melada, mas yo todo lo reparto, porque no sé comer nada.
Doy vueltas y no soy tiempo, un secreto sé guardar, si no me cuidan, me pierdo. ¿Con mi nombre sabrás dar?
Cabecita fría la noche haces día cuando te restriego, cabeza de fuego.
Cuatro patas tiene y no puede andar también cabecera sin saber hablar.