Al dar la vuelta a la esquina
tropecé con un convento,
las monjas iban de blanco
y el sacristán en el centro.
más adivinanzas del cuerpo humano...
En un huerto no muy llano hay dos cristalinas fuentes, no está a gusto el hortelano, cuando crecen las corrientes.
Entre dos murallas blancas hay una flor colorada, que con lluvia o con buen tiempo, está siempre bien mojada.
Una capilla llena de gente y un capellán en medio que predica siempre
Laterales parapetos, que van siempre por parejas, les encantan los secretos.
Dos hermanos sonrosados, juntos en silencio están, pero siempre necesitan separarse para hablar.
Al dar la vuelta a la esquina tropecé con un convento, las monjas iban de blanco y el sacristán en el centro.
Parecen persianas, que suben y bajan.
Tiene grandes pabellones, pero no tiene habitaciones.
Guardada en estrecha cárcel por soldados de marfil, está una roja culebra, que es la madre del mentir.
Enfundados siempre van y hay que tener cuidado con las patadas que dan.