Cargadas van, cargadas vienen
y en el camino no se detienen.

Soy pequeño y alargado, en dos conchas colocado, como no puedo nadar, me pego a las rocas del mar.

Te doy leche y mi lana, y para hablar digo: «beeeee», si no adivinas mi nombre yo nunca te lo diré.

Soy sabia y no tuve escuela para mí no hubo doctrina soy maestra de cocina y cocino sin candela.

Dos pinzas tengo, hacia atrás camino, de mar o de río en el agua vivo.

Cuantas manos le dio el mar a este extraño pasajero que lo quieren contratar para que juegue de arquero ¿quién es?

Soy chiquitito, puedo nadar, vivo en los ríos y en alta mar.

Duro por arriba, duro por abajo, cara de serpiente y patas de palo.

Lenta dicen que es porque sólo asoma la cabeza, las patas y los pies.

¿Qué animal de buen olfato, cazador dentro de casa, rincón por rincón repasa y lame, si pilla, un plato?

Con su risa mañanera toda la playa alborota, pescadora y marinera.