De día llenos de carne,
de noche con la boca al aire.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
Una piel que es otra piel, una mano que no es mano y el frío se aguanta bien.
¡Escapa, escapa! que esto que te digo, aunque no te obligo, te abriga y te tapa.
Hoy cuando me levanté, puse uno en cada pie. Como no son los zapatos, dime tú... ¿qué puede ser?
El pie tapo al instante igual que si fuera un guante.
Santa con nombre de flor, y, a pesar de este retrato, me confunden con zapato.
Me pisas y no me quejo, me cepillas si me mancho, y con mi hermano gemelo bajo tu cama descanso.
Juntos, en ovillo, duermen los mellizos; cuando se separan, estirados andan.
Guardado en invierno, lo luzco en verano, es mi único traje en sitios de baño.
Pisados, siempre en el suelo, recibiendo malos tratos, y sin señales de duelo.
Chiquito, redondo, barrilito sin fondo.
