Dicen que la tía Cuca,
se arrastra con mala racha.
¿Quien será esa muchacha?
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María Penacho parió un muchacho, ni vivo ni muerto, ni hembra ni macho.
Soy dama cruel, temerosa, me paseo en verde prado, y todo aquel que me mira se queda muy espantado. Yo luzco un largo vestido que en tienda no fue comprado, no fue por mano de sastre, ni medido, ni cortado.
De China vengo, en Murcia vivo, como morera, seda fabrico.
Mi nombre lo leo, mi apellido es pardo, quién no lo adivine, es un poco tardo.
Alto, altanero, gran caballero, gorro de grana, capa dorada, espuelas de acero.
Verde como el campo, campo no es, habla como el hombre, hombre no es.
Con cuello largo y finito se pasea muy feliz, sólo si fueras mosquito le verias la nariz.
Soy sabia y no tuve escuela para mí no hubo doctrina soy maestra de cocina y cocino sin candela.
Desde hace miles de años hemos transportado al hombre; ahora nos lleva escondidos en el motor de su coche.
Su padre relincha con pésima voz, su madre rebuzna y suelta una coz.
