En mí se mueren los ríos,
y por mí los barcos van,
muy breve es el nombre mío,
tres letras tiene no más.
más adivinanzas de la naturaleza...
Un convento bien cerrado, sin campanas y sin torres y muchas monjitas dentro, preparan dulces de flores.
Nazco en lugares abruptos sin haber tenido padre y conforme voy muriendo va naciendo mi madre.
Llevo, sin ser arlequín, de colores mi librea, yo salgo de tarde en tarde y espero siempre a que llueva.
Van y llegan, se llevan lo que traen y lo que traen se llevan
¿Qué es, qué es, que te da en la cara y no lo ves?
Girando toda su vida, toda su vida girando y no aprendió a ser más rápida da una vuelta y tarda un día, da otra vuelta y tarda un año.
En el campo soy hallada y al fuego alimento. Donde quiera que soy llevada, es para darme tormento.
Viene del cielo, del cielo viene, a unos disgusta y a otros mantiene.
Vuela sin alas, silba sin boca, azota sin manos y tú ni lo ves ni lo tocas.
Nicanor tenía un barco y con él surcaba el río; ¿era este un barco pequeño o este era un gran navío? Lee despacio, Encarnación, y hallarás la solución.
