Formamos, como soldados, en una fila
y somos carniceros toda la vida
más adivinanzas del cuerpo humano...
Cueva con treinta y dos machacantes que dispone de un solo habitante.
¿Quién seré yo que encerrada soy donde quiera que voy, me encuentro siempre mojada y al cielo pegada estoy.
Una capilla llena de gente y un capellán en medio que predica siempre
¿Qué instrumento se puede escuchar, pero no se puede ver ni tocar?
Ordenes da, órdenes recibe, algunas autoriza, otras prohíbe.
Porque no se caiga pagan, pero, si se cae, nadie se agacha a recogerlo.
Juntos vienen, juntos van, uno va delante, otro va detrás.
Tengo un tabique en el medio y dos ventanas a los lados por las que entra el aire puro y sale el ya respirado.
En un huerto no muy llano hay dos cristalinas fuentes, no está a gusto el hortelano, cuando crecen las corrientes.
Atrás panza y delante espinazo, aciértamelo pedazo de ganso.
