Tiene grandes pabellones,
pero no tiene habitaciones.
más adivinanzas del cuerpo humano...
Del nogal vengo, y en el cuello del hombre, me cuelgo.
Tengo un tabique en el medio y dos ventanas a los lados por las que entra el aire puro y sale el ya respirado.
Uno se cree superior, el otro inferior se siente, sin decirse nunca nada, mucho se quieren, tanto que, siempre se están besando.
Dos hermanos sonrosados, juntos en silencio están, pero siempre necesitan separarse para hablar.
Tiene grandes pabellones, pero no tiene habitaciones.
Al revolver una esquina me encontré con un convento, las monjas vestidas de blanco, la superiora en el centro, más arriba dos ventanas, más todavía un par de espejos y en lo más alto la plaza donde pasean los caballeros.
Dos niños en un andén, por más que se acerquen, no se ven. ¿Qué es?.
Hay en la plaza nueva un monte, y en él dos cuevas. Más abajo un pozo hondo que tiene el brocal rojo. Altas ventanas, iguales, y en ellas, dos niñas bellas que, a través de los cristales, todo lo ven y lo observan.
Cinco hermanos muy unidos, que no se pueden mirar, cuando riñen aunque quieras, no los puedes separar.
Podrás tocarlos, podrás cortarlos, pero nunca contarlos.