Parecen persianas,
que suben y bajan.
más adivinanzas del cuerpo humano...
Cueva con treinta y dos machacantes que dispone de un solo habitante.
Uno se cree superior, el otro inferior se siente, sin decirse nunca nada, mucho se quieren, tanto que, siempre se están besando.
Si los abro veo si los cierro sueño.
Laterales parapetos, que van siempre por parejas, les encantan los secretos.
¿Qué instrumento se puede escuchar, pero no se puede ver ni tocar?
Entre dos murallas blancas hay una flor colorada, que con lluvia o con buen tiempo, está siempre bien mojada.
Hay en la plaza nueva un monte, y en él dos cuevas. Más abajo un pozo hondo que tiene el brocal rojo. Altas ventanas, iguales, y en ellas, dos niñas bellas que, a través de los cristales, todo lo ven y lo observan.
Dos estrellas se han perdido, en el cielo no aparecen, en tu casa se han metido y en tu cara resplandecen. ¿Qué son?
¿Quién seré yo que encerrada soy donde quiera que voy, me encuentro siempre mojada y al cielo pegada estoy.
Formamos, como soldados, en una fila y somos carniceros toda la vida