Jamás de su casa sale
y corre el monte y el valle.

Del fin del estanque vengo, para mirar a los niños, a los cuales entretengo, con saltos, juegos y brincos. ¿Quién soy?

De tierra morena vengo, estirando y encogiendo, amárrenme las gallinas, que a los perros no les temo.

Un solo portero, un solo inquilino, tu casa redonda la llevas contigo.

Soy un animal pequeño, piensa mi nombre un rato, porque agregando una «n» tendrás mi nombre en el acto.

Lo rascaba llorando de la crin a la cola y en él se iba trotando por una loma.

Soy un turco pues sustento las mujeres que me dan, con quien hago de galán; repártoles el sustento, de celos padezco afán. Roja diadema me adorna, el traje Dios me lo dio, y aunque carezco de dientes tengo fama de cantor.

Tiene ojos de gato y no es gato, orejas de gato y no es gato; patas de gato y no es gato; rabo de gato y no es gato, maúlla y no es gato.

¿Qué es, qué es, del tamaño de una nuez, que sube la cuesta y no tiene pies?

Cuando nada en los ríos parece un tronco flotante, pero si muestra sus dientes todos huyen al instante.

¿Quién es el que hace, ya le pregunten o no, con la cabeza que sí y con la cola que no?