Largo, largo, como un camino
y cabe en un «pucherino».
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Cuando pasa ¡cómo pisa!, deja rasa la camisa.
Seguro que en tu casa está si no lo sabes no importa. Pero ¿qué cosa será que cuanto más larga más corta?
Locomotora no soy, mas cuando con vapor voy, dejo muy alisado si me usan con cuidado.
¿Quién es esa señora, que tiene la propiedad, de estirar bien lo arrugado y de arrugar lo estirado, con igual facilidad?
Siempre de mí dicen algo, aunque muy humilde soy; no soy señor y me tratan, con la nobleza del don.
Con «A» empieza mi nombre, de las damas soy querido, si me prenden voy seguro, y, si me sueltan, perdido.
Un pie grave, ardiente y plano, va dejando el campo llano y, al pasar, su calentura va dejando en la llanura.
Cuanto más largas más cortas, cuanto más cortas más largas.
Cuando me caliento hasta los talones aliso camisas y pantalones.
Yo con mi hermana gemela andamos siempre al compás, con la boca por delante y los ojos por detrás.
