Llevo secretos a voces,
corriendo por esos mundos
y sin que nadie los oiga
los doy en unos segundos.
más adivinanzas de cosas de la casa...
De nada me sirven, estas cuatro patas, que quieta estoy siempre, sobre mí, el durmiente.
Es tu favorita cuando sientes frío; la encuentras escrita en el verso mío.
De mi madre nací yo, sin fundamento de padre, y luego me he muerto yo y de mi nació mi madre.
Es una caja habladora, que vive en todas las casas, y se calla a muy alta hora.
No pienses que es una col, o que baila el chachachá; búscala sobre tu cama, que yo te la he dicho ya.
Soy liso y llano en extremo, y, aunque me falta la voz, digo en su cara a cualquiera la más leve imperfección; contesto al que me pregunta sin lisonja ni aflicción, y si mala cara pone, la misma le pongo yo.
Doy vueltas y no soy tiempo, un secreto sé guardar, si no me cuidan, me pierdo. ¿Con mi nombre sabrás dar?
Con patas y espalda, no se mueve ni anda.
Cuatro patas tiene y no puede andar también cabecera sin saber hablar.
Está hecha de metal, de madera o de cristal y golpes siempre recibe cuando la entrada prohíbe.