Fui a la plaza
y compré un negrito.
Llegué a la casa
y se puso coloradito.
¿Qué es?
más adivinanzas de cosas de la casa...
Aunque al dormir me consultan, nunca suelo contestar.
Llevo secretos a voces, corriendo por esos mundos y sin que nadie los oiga los doy en unos segundos.
Aunque de comida voy cargado, la gente me vacía, y nunca soy tragado.
No soy el sol, tampoco el fuego; pero la casa bien que caliento.
Tengo patas bien derechas, mas no me puedo mover, llevo a cuestas la comida y no la puedo comer.
Sin ella en la mano ni entras ni sales, ni vas a la calle.
Aunque yo nunca me mueva por mí suben, por mi bajan; soy de diversas materias y mi utilidad la halagan.
Soy de cabeza redonda y me sostengo en un solo pie. Soy de tal fortaleza que a Dios hombre sujeté.
Una señorita de carnes muy blandas, que sin ser enferma siempre está en la cama.
Doy vueltas y no soy tiempo, un secreto sé guardar, si no me cuidan, me pierdo. ¿Con mi nombre sabrás dar?