Los tejados protejo
y buenas canales dejo.
más adivinanzas de cosas de la casa...
Sale de la sala, entra en la cocina, meneando la cola como una gallina.
Soy liso y llano en extremo, y, aunque me falta la voz, digo en su cara a cualquiera la más leve imperfección; contesto al que me pregunta sin lisonja ni aflicción, y si mala cara pone, la misma le pongo yo.
En un cuarto me arrinconan sin acordarse de mí, pero pronto van a buscarme cuando tienen que subir.
Adivíname ésa.
Caja llena de soldados, todos largos y delgados, con gorritos colorados.
De nada me sirven, estas cuatro patas, que quieta estoy siempre, sobre mí, el durmiente.
De mi madre nací yo, sin fundamento de padre, y luego me he muerto yo y de mi nació mi madre.
Habla y no tiene boca, oye y no tiene oído, es chiquito y hace ruido, muchas veces se equivoca.
Con mi cara tan cuadrada, lisa o con dibujitos, resignada y por los suelos, me repito, me repito...
Hay un hijo que hace nacer a la madre que le dio el ser.