adivinanzas para niños

Muchas monjitas en un convento,
visitan las flores y hacen dulces dentro.

 

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Nazco y muero sin cesar; sigo no obstante existiendo, y, sin salir de mi lecho, me encuentro siempre corriendo.

No ves el sol, no ves la luna, y si está en el cielo no ves cosa alguna.

Aparece por delante, por los lados, por la espalda, te descuidas un instante y te levanta la falda.

El cielo y la tierra se van a juntar; la ola y la nube se van a enredar. Vayas donde vayas siempre lo verás, por mucho que andes nunca llegarás.

Alto, alto, como un pino, pesa menos que un comino.

Desde el día en que nací, corro y corro sin cesar: corro de noche y de día hasta llegar a la mar.

Alas de mil colores y se pierden entre las flores.

¿Qué es, qué es, que te da en la cara y no lo ves?

Hay un hijo que hace nacer a la madre que le dio el ser.

Cuatro puntos son y para distinguirlos necesitamos del sol.