Muchas monjitas en un convento,
visitan las flores y hacen dulces dentro.
más adivinanzas de la naturaleza...
Nazco y muero sin cesar; sigo no obstante existiendo, y, sin salir de mi lecho, me encuentro siempre corriendo.
No ves el sol, no ves la luna, y si está en el cielo no ves cosa alguna.
Aparece por delante, por los lados, por la espalda, te descuidas un instante y te levanta la falda.
El cielo y la tierra se van a juntar; la ola y la nube se van a enredar. Vayas donde vayas siempre lo verás, por mucho que andes nunca llegarás.
Alto, alto, como un pino, pesa menos que un comino.
Desde el día en que nací, corro y corro sin cesar: corro de noche y de día hasta llegar a la mar.
Alas de mil colores y se pierden entre las flores.
¿Qué es, qué es, que te da en la cara y no lo ves?
Hay un hijo que hace nacer a la madre que le dio el ser.
Cuatro puntos son y para distinguirlos necesitamos del sol.
