adivinanzas para niños

Nazco en lugares abruptos
sin haber tenido padre
y conforme voy muriendo
va naciendo mi madre.

 

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Desde el día en que nací, corro y corro sin cesar: corro de noche y de día hasta llegar a la mar.

Vuela sin alas, silba sin boca, azota sin manos y tú ni lo ves ni lo tocas.

Como el algodón suelo en el aire flotar, a veces otorgo lluvia y otras, sólo humedad.

En verano barbudo y en invierno desnudo, ¡esto es muy duro!

Él es tío sin sobrinos, a todos calienta igual. Si no sabes de quién hablo, tras la primavera vendrá.

Nazco y muero sin cesar; sigo no obstante existiendo, y, sin salir de mi lecho, me encuentro siempre corriendo.

Alto, alto, como un pino, pesa menos que un comino.

Nicanor tenía un barco y con él surcaba el río; ¿era este un barco pequeño o este era un gran navío? Lee despacio, Encarnación, y hallarás la solución.

Aparece por delante, por los lados, por la espalda, te descuidas un instante y te levanta la falda.

Hay un hijo que hace nacer a la madre que le dio el ser.