Nuestra dueña nos coloca
uno a cada lado,
siempre pendientes,
siempre colgados.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
Guardado en invierno, lo luzco en verano, es mi único traje en sitios de baño.
Con dos patas encorvadas y dos amplios ventanales quitan sol o dan visión según sean sus cristales.
Destacan en las orejas creyéndose independientes, van casi siempre en parejas.
Me pones y me quitas, me tomas y me dejas, conmigo no tiritas y estoy hecho de madejas.
Tengo cinco habitaciones, en cada una un inquilino, en invierno cuando hace frío, están todos calentitos.
Tienen justo cinco dedos como la mano; se rellenan en invierno, se vacían en verano.
Resuélveme este dilema: «soy una, pero soy media».
Aunque la quite del agua, sigue en agua.
De día llenos de carne, de noche con la boca al aire.
Mi ser por un punto empieza, por un punto ha de acabar, el que mi nombre acierte sólo dirá la mitad.