Nuestra dueña nos coloca
uno a cada lado,
siempre pendientes,
siempre colgados.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
De día llenos de carne, de noche con la boca al aire.
Tengo copa y no soy árbol, tengo alas y no soy pájaro; protejo del sol a mi amo, en invierno y en verano.
Dos hermanitos muy igualitos, en llegando a viejecitos abren los ojitos.
Redondo, redondo, sin tapa, sin fondo.
Me pones y me quitas, me tomas y me dejas, conmigo no tiritas y estoy hecho de madejas.
No he de darte más razones, sin mi perderías los pantalones.
Vivo en el campo y en una ciudad grande, y soy chico pero me usan por igual, si dices mi nombre solo dirás la mitad.
Soy de piel o paño gordo y me adhiero a tu cuerpo, para que no pases frío cuando llega el invierno.
No me utilizan los patos más me llevan de apellido, con «Z» empieza mi nombre, ¡y ya el resto es pan comido!
De pergaminos, o sedas, o papel hechos estamos; en verano gusto damos; las manos han de estar quedas, si es que nuestro oficio usamos.
