¿Quién pensaréis que yo soy,
que cuanto más y más lavo,
mucho más sucia me voy?
más adivinanzas de cosas de la casa...
Con mi cara tan cuadrada, lisa o con dibujitos, resignada y por los suelos, me repito, me repito...
La cara que yo acaricio, dejo de seda al momento, porque ni un pelo se resiste a mi marcha, ¡buen invento!
En lo más alto me ponen para que el viento me dé, soy guía para los hombres y siempre estoy de pié.
Del techo al suelo, cortada y fina, tela con vuelo.
Habla y no tiene boca, oye y no tiene oído, es chiquito y hace ruido, muchas veces se equivoca.
En el buen tiempo a nadie marea, en cuanto llueve repiquetea.
Fui a la plaza y compré un negrito. Llegué a la casa y se puso coloradito. ¿Qué es?
Sin ella en la mano ni entras ni sales, ni vas a la calle.
Poseo dientes y ojos y para hacerme trabajar me has de meter en cerrojos.
Aunque músculos no tengo, los techos yo sostengo.